Este jueves 4 de septiembre, Suacha vivirá una jornada que reafirma una verdad sentida en el territorio: la educación también se construye desde el arte, la danza, la música y la memoria.
El Festival Edu-Fiest Soacha, liderado por la Universidad de Cundinamarca y la Alcaldía Municipal con acompañamiento del Ministerio de Educación, se tomará el lote al lado del puente peatonal de Mercurio desde las 9:00 a.m., en una apuesta decidida por la cultura como herramienta pedagógica y transformadora.
Agrupaciones musicales como Páramo, Empalme Obrero, CaminAndes, Música Campesina UCundinamarca y Infamia, entre otras, prenderán la tarima con sonidos que nacen del corazón de la gente. A ellas se suman expresiones escénicas y dancísticas como Adalusa Dance, Macondo, Cultura Viva y A4 Urban, que llenarán de movimiento y resistencia el espacio público.
Además, el festival contará con un mural colectivo a cargo de Boykahe & Macondo, y una jornada de estampados territoriales dirigida por Xuagaia, generando espacios de creación colectiva y apropiación simbólica del arte.
Este no es solo un evento: es una declaración de principios. El arte no es decoración, es formación. La danza no es solo espectáculo, es memoria corporal. La música no es solo entretenimiento, es relato de vida. En Soacha, el arte educa, sana, visibiliza y organiza.
La presencia del ministro de Educación, Daniel Rojas Medellín, se da en este contexto. Aunque se presentarán resultados importantes en infraestructura y alimentación escolar, el mensaje más potente lo da el propio territorio: la cultura es escuela, es aula viva y es un derecho.
Durante la jornada, el Ministro también recorrerá instituciones educativas del municipio, acompañado por la administración local y la comunidad educativa, donde se expondrá el avance del Programa de Alimentación Escolar (PAE) que hoy beneficia a cerca de 70.000 niños y adolescentes, con un fortalecimiento en el preparado en sitio y la reducción del industrializado.
Pero este jueves, los protagonistas serán los artistas, los grupos, las pintas, los estampados y las canciones. Porque en Soacha la educación no solo se escribe con libros, también con tambores, pasos y colores.