Opinión: Literatura artística infanto-juvenil y familiar.

Opinión: Literatura artística infanto-juvenil y familiar.

Lazos Literarios

Para esta semana, quiero compartir con el pueblo suachuno, cundinamarqués y en todo el territorio nacional algunas cosas que comenzaré a brindar desde la literatura artística infanto-juvenil y familiar, y es precisamente la escritura relacionada con el cuento, el relato, la narrativa experiencial, la poesía y la novela, en tanto que son artes literarios que permiten acercar a las personas, creando lazos socioculturales entre sí, lazos afectivos, sobre todo cuando de manera simbólica se reúnen alrededor del fuego. Se narra desde las historias de nuestros ancestros que, cuando la civilización humana era muy nueva sobre la Tierra, se comenzaron a acercar y a crear diálogos semióticos desde el simbolismo conversacional que brinda el fuego; sí, ese calor que brinda el fuego promete no solo la protección contra la noche fría o el día tempestuoso, sino que acerca a los individuos de manera casi que involuntaria creando lazos de amistad que, en muchas ocasiones, imbrica relaciones entre sujetos que anteriormente pudieron tener diferencias ideológicas, personales, familiares y demás, buscando calor, acompañamiento, afecto, cercanía con otros seres de su misma especie.

Ahora, el fuego que nos une es el poderoso fuego de la palabra, esa palabra que da aliento, que brinda vida, que permite crear mundos imaginarios, utópicos algunos, y distópicos otros, quizá, pero siempre transformando el ambiente cotidiano en algo más ameno, más agradable y más contagioso de amor, socioafectividad y colectividad discursiva a en torno a un conversatorio que gira alrededor de un escrito que tiene el poder selvático de revolotear los sentimientos más profundos, mover controles emocionales y crear en el sujeto viviente un ambiente de esperanza, de carisma, de crear un mundo interno que puede trascender en algo más fructífero que simplemente criticar las diferencias desde el odio y comenzar a construir conocimiento precisamente desde aquellas diferencias que nos hacen precisamente humanos, sujeto sociales, diferentes pero con un solo ideal: buscar hasta el hallazgo una sociedad ideal para todos.

Dicho lo anterior, me permito compartir con ustedes un poema que escribí hace unos días mientras pensaba en el desamor, sentimiento que se tiene hoy en día como vivencia muy de moda y que subsiste en cada persona con diferentes reacciones, dependiendo siempre del manejo de sus emociones, los temperamentos predominantes y las actitudes y madurez en cada uno de acuerdo con la madurez y nobleza de su tierno corazón.

 

Disfrútenlo…

 

Por favor, léanlo, escúchenlo acompañados de sus familiares y amigos y compártanlo con aquellos a quienes deseen transmitir una semillita de amor literario:

 

El audio lo encuentran en Anchor:
https://anchor.fm/harold-core/episodes/Dolor-que-da-Vida—Harold-Core-Poema-e1k7vlk

Y en Spotify:
https://open.spotify.com/show/7G5WVc1pYTcyrQqu6m5J38

 

Dolor que da vida

 

La mañana se asoma temblorosa, tímida, tenue,

Los artistas del aire hoy no han demostrado su grandeza,

El ruido encantador que desprenden de sus picos se ha desvanecido,

Hay un aire lúgubre en el ambiente, una sensación de muerte,

Un sinsabor que permea la estructura hidrogénica  oxidosa

Me hace entender que algo terrible ha sucedido.

 

El cielo se cubre de obscuridad, los cuerpos celestes bajan sus espadas,

Las tinieblas de la pesada noche dejan caer su peso a plena luz del día,

Todo a mi alrededor se torna silencioso, deprimente, casi cómplice de un algo.

Mis venas dejan que el líquido sangroso recorra su camino de una manera acelerada,

La conmoción se adueña de ciertos órganos que antes producían placer,

Luego, el displacer se encariña de las emociones que dominan este cuerpo visceral.

 

Hoy, mi amiga Luna es más opaca, su mirada ya no es la misma, sus ojos han caído,

Su resplandor es algo espectral, ya no sonríe como antes lo hacía para mí,

Ahora su esencia visual es algo insensible, ya no emana promesas de gozo, de felicidad,

Mi madre, la Tierra, también me ha dado la espalda, aún cuando me sostenga en ella,

Su verdor se ha hecho trizas con el cortante filo de la indiferencia.

 

Mi amada Luna me ignora, pues su mirada ya no me causa gracia, ni ensoñación,

Pero veo que le sonríe a alguien más, y bueno, quizá se hartó ya de mí, de mi ingenuidad.

Ya el cielo no es el mismo, su lluvia no destila gotas de amor, que queman el estómago,

Que recrean mariposas salvajes dentro del organismo agradecido por la compañía,

Ahora sus nubes destilan ácido, y es un ácido que permea el pecho

Quemando directamente los caminos que atraviesan al palpitante.

 

Es una sensación con sabor a derrota, a dolor, a sufrimiento… sabor a muerte.

Los perros ni siquiera son atraídos por la lástima que me rodea,

El espíritu de muerte acecha por doquier, aún sin detectar el aroma a podredumbre,

Ese espíritu hace de las suyas, donde quiere, y ahora lo ha hecho conmigo,

Pero no veo el porqué de tal angustia, de tal desespero intuitivo, de la emancipación dolosa.

Acaso… ¿Habrá muerto alguien? ¿Sentiré el mal en un cercano porvenir?

¿Soy yo el vidente por la desgracia de alguien más? No entiendo, mi vida es perfecta,

Porque amo a mi compañera, mi amiga, mi amada, mi perfecta, y con ella, lo soy todo.

 

Explícame, Luna, ¿Por qué esta masacre emocional destroza mi banal existencia?

El aire es el mismo que respiro, pero esta vez logro percibir en él un mensaje importante,

Ya las estrellas me observan con desdén, con lástima, con desprecio, ya no me sonríen,

Ya no brillan para mí, pero siguen brillando y no entiendo el porqué.

Supongo que brillan para alguien más. Algún complot habrá.

 

¿Es posible que esté muerto yo y mi Ser perciba aún las cosas de este mundo?

No obstante, me siento vivo, más vivo que nunca, pero al tiempo me siento…

No muerto, pero sí un Ser “no vivo”, y eso me asusta.

Al menos cuando sufro, siento que estoy vivo, pero ahora siento una existencia inexistente,

Y me preocupa, me alerta, y no sé cómo resolverlo.

 

Ah, claro, era eso. Entro a la casa, llegué antes de viaje, veo a mi amada con otro Ser,

Todo es más claro, el muerto no soy yo, sino el amor en ella, por mí.

Ahora, otro Ser ocupa mi lugar, ahora veo el resplandor de la luna y las estrellas a su favor,

Comprendo. Al menos, el dolor de la tortura que lacera mi interior causa esa sensación;

Si era incontenible, ahora la traición me regresa el dolor que necesitaba.

Ella ya no me ama; y por ese puñal, he vuelto a vivir.

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